El colecho es una práctica en la que los padres duermen junto a su bebé: en la misma cama, en camas contiguas, o utilizando una cuna especial que se une a la cama de los padres, conocida como cuna de colecho.
Ofrece beneficios para la madre y el bebé:
– Facilita la lactancia nocturna.
– Proporciona estabilidad cardiorrespiratoria en el bebé (reduce considerablemente el riesgo de muerte súbita).
– Promueve un comportamiento que regula la temperatura entre madre e hijo.
– Fortalece el vínculo entre padres e hijos.
– Permite que el niño desarrolle anticuerpos al estar con la microbiota de los padres.
¿Cómo implementar el colecho de forma segura?
Es muy importante practicarlo de manera correcta para evitar riesgos, especialmente en bebés menores de seis meses.
El colchón debe ser firme y plano. Evita superficies blandas como sofás o sillones, camas de agua o colchones que se hunden.
Mantén la cama libre de almohadas, mantas pesadas y otros objetos que puedan causar asfixia. Recoge tu cabello si lo tienes largo.
Evita el colecho sin los padres están muy cansados o si han consumido alcohol, fuman o usan medicamentos que influyen en el sueño.
Asegúrate de que haya suficiente espacio para que el bebé no se caiga de la cama ni quede atrapado entre el colchón y la pared. Si alguno de los padres tiene obesidad, evita el colecho.
También se puede utilizar una cuna de colecho, que se adhiere a la cama para mantener al bebé cerca, pero en su propio espacio seguro.
Existe controversia respecto al Colecho, pero siguiendo los lineamientos y recomendaciones constituye una herramienta para reducir la tasa de mortalidad infantil.